El Camino Neocatecumenal se vive dentro de la estructura existente de la parroquia y en comunión con el obispo, en pequeñas comunidades compuestas por gente diferente en edad, estatus social, apariencia y cultura.
No es un grupo formado espontáneamente, ni una asociación, ni un movimiento espiritual, ni una élite dentro de la parroquia. Más bien es un grupo de gente que desean redescubrir y vivir la vida cristiana en toda su plenitud, vivir las consecuencias esenciales de su Bautismo, por medio de un Neocatecumenado dividido en diferentes etapas, tal como el Catecumentado de la Iglesia primitiva, pero adaptado a su condición de personas ya bautizadas.
Como consecuencia, estas comunidades tienen la misión de ser, en el interior de la parroquia, el signo y sacramento de la Iglesia misionera (Sínodo de Obispos), de abrir un camino concreto de evangelización para los alejados, dando - en la medida en la que la fe se ha desarrollado - los signos que llaman a conversión a los paganos, esto es, el amor en la dimensión de la cruz y la unidad. "Amaos los unos a los otros como Yo os he amado. En esto conocerán que sois mis discípulos" (Jn, 12, 34-35). "Padre, que sean uno en nosotros, como Tú lo eres en Mí y Yo en Ti, para que el mundo crea que eres Tú quien me ha enviado" (Jn, 17,21)